• Menú
  • Menú
Templo Gyeongbokgung

Seúl en 1 día

Que la visita a este país fuera tan corta, no fue a propósito. Para nuestra luna de miel, hicimos un crucero por China, Corea del Sur, Islas Jeju, Taiwan, Japón y Hong Kong y en Seúl, solo disponíamos de unas pocas horas.
A pesar de haber vivido toda una experiencia religiosa con nuestro guía, terminamos viendo bastantes cosas que nos ayudaron a hacernos una idea de las maravillas que este país alberga y por supuesto, a generarnos las ganas de volver.

Presentación del guía (Se merece su propio espacio en este artículo)

Este fue sin duda, uno de los tours más extraños que hemos tenido en toda nuestra vida.
Cuando llegamos al autobús, nos llamó la atención que estaba impoluto, en comparación con cualquier autobús en China. Este además, estaba decorado con muchas luces y cortinas con bolardos, así que, esto hizo que nos relajáramos y nos recostáramos en nuestros asientos.
Esto solo duró unos pocos minutos, exactamente hasta que el guía turístico llegó al autobús.

Cogió el micrófono y directamente y sin rodeos, se presentó como el guía turístico que había perdido a una pareja de australianos, que supuestamente, habían sido secuestrados para ser utilizados en acciones propagandísticas en Corea del Norte. ¡De categoría!
Después de ese primer momento, sobrellevados por el asombro y rodeados por un silencio sepulcral, se empezó a escuchar un poco de barullo por el final del bus hasta que, empezamos a escuchar nítidamente a varios australianos confirmando que eso había sido real y explicaban que, a la pareja se les había visto en la televisión norcoreana, explicando lo felices que eran viviendo en Corea del Norte y que no querían que nadie fuera a buscarles. ¡Madre mía del amor hermoso!

Por encima del barullo, que aumentaba de decibelios por segundos, pudimos escuchar la voz del guía haciéndose hueco para continuar con su extraordinaria presentación, y continuó explicando que, este era el primer tour que realizaba después de lo ocurrido, nos explicó que había estado ausente desde aquel incidente y había tenido que buscar ayuda de profesionales para hacerle frente.
Esto no terminaba ahí, empezó a contarnos acerca de los espías norcoreanos que se infiltran en los lugares turísticos y que secuestran a los turistas cuando se paran a sacar fotos, pero que no nos preocupáramos por nada, que él podía identificarlos. ¡Toma moreno!

No hicimos más de 50 fotos, entre la cámara y el móvil, en toda la visita turística, ya que en cada momento, hacíamos balance de si valía la pena ser secuestrados solo por querer sacar una instantánea de lo que estábamos visitando.

Museo Nacional de Folk

Después de una hora en el autobús desde la terminal de cruceros, llegamos a un área cerrada con un gran parque y varios edificios, el primer edificio que íbamos a visitar, era el Museo de Folk y el guía nos dio 15 minutos para visitarlo por libre.
La gente, amedrentada, después de una hora de bus, escuchando qué les hacían en Corea del Norte a los turistas secuestrados, no estaba por la labor de pasear ni de quedarse rezagados, así que todos fuimos solamente a la tienda de souvenirs, compramos los imanes de rigor y volvimos inmediatamente al lado del guía turístico como si fuéramos los pollitos con la gallina.

Pero, justo al lado de nosotros, pasaban grupos de gente relajados, riendo y disfrutando del día, todos vestidos con el traje tradicional coreano. Nos comentaron que si iban vestidos así, tenían la entrada gratis al área del templo y les salía más barato alquilar el traje en una tienda, que pagar por la entrada.
Todos nos olvidamos inmediatamente de los espías, secuestradores y túneles secretos y corrimos a sacarnos fotos con todos ellos. Nos llamó la atención a todos, lo simpáticos que eran y lo predispuestos que estaban a sacarse fotos con las 50 personas del tour.

A todo esto, la cara de desaprobación del guía turístico era evidente y no tardó en acercarse uno por uno a recordarnos que con ese tipo de comportamiento, solo aumentábamos exponencialmente las posibilidades de ser secuestrados.

Templo Gyeongbokgung

En ese mismo recinto, se encontraba el Templo Gyeongbokgung. El guía pagó las entradas de cada uno de nosotros y visitamos lo que era, algo muy similar a la Ciudad Prohibida de Pekín, pero al estilo coreano.

El guía, durante todo el recorrido, nos iba explicando acerca de cómo vivían, qué hacían, sus tradiciones… y fue verdaderamente interesante conocer más acerca de la historia de este país que, por desgracia y al menos para nosotros, se encuentra siempre a la sombra de su gemelo del norte.

Comida en un restaurante típico coreano

Fuimos en bus durante unos minutos, tiempo suficiente para que el guía se acercara a nosotros y le dijera a Sonia lo hermosa que era. !Dios mío¡ A ver si al final el que nos iba a secuestrar era el guía.

El bus paró y caminamos hasta el restaurante donde teníamos la comida incluida, pero ese trayecto fue una penitencia, el guía corría como un pollo descabezado por todas partes, perdiéndose y volviendo al punto de inicio, mientras todos nosotros, le seguíamos de un lado al otro.
Esto era una receta perfecta para el desastre, porque el grupo estaba formado por personas mayores. Pronto comenzamos a perder a los más débiles, las personas más mayores y las personas más cojas.
A los 5 minutos de dar vueltas, incluso los más jóvenes se iban desorientando y entrando en pánico porque no tenían ningún interés de perderse, que se acercara un espía, que les hicieran oler cloroformo ni de empezar una nueva vida en Corea del Norte.

Finalmente, y por obra divina, llegamos a un increíble y típico restaurante coreano, ubicado cerca de una de las principales calles comerciales, Insadong-gil, y donde todos disfrutamos de una comida riquísima.
Traían los platos llenos de ternera y cada uno se la cocinaba al gusto en unas planchas que había en el centro de las mesas. Josh todavía lo recuerda como uno de los mejores manjares que ha probado nunca y la opción vegetariana tampoco estuvo nada mal, sirvieron sopa de tofu, ensalada y arroz.

Calle comercial Insadong-gil

Después de la comida, el guía turístico nos dio tiempo libre para visitar la calle comercial y para hacer algunas compras. Acordamos reunirnos en 20 minutos en un Starbuck que veríamos en esa misma calle.
Disfrutamos del paseo en una calle que, si no fuera por la escritura incomprensible para nosotros, nos recordaba bastante a cualquier ciudad europea, con tiendas de ropa, de souvenirs, restaurantes y cafeterías.

Cuando había pasado unos 15 minutos, decidimos ponernos en marcha hasta el punto de encuentro y de camino, nos encontramos con varias personas del tour preocupadas porque no podían encontrarlo.
Os dejamos una foto del Starbuck en el que nos teníamos que encontrar los 40-50 turistas.

Starbucks de la calle Insadong
Starbucks de la Calle Insadong

Para poder conciliar el sueño, todavía a día de hoy, nos decimos a nosotros mismos, que todos los integrantes del tour, llegaron a tiempo para irnos.

Mercado callejero

Y para terminar uno de los tours más inolvidables (de verdad, es imposible olvidarla), visitamos un mercado.
Paseamos por la calle, abarrotada de gente, en la que podías encontrar todo lo que te propusieras.

Ya de regreso a la terminal de cruceros y subidos en el bus, teníamos la sensación de que lo vivido aquel día, era un sueño de esos que piensas que se te ha ido la cabeza solo por soñarlo, y con esa (al menos) increíble experiencia, volvimos al barco Celebrity Millenium.

Información Útil

Moneda: Won surcoreanoTipo de Turismo: CiudadAgua potable:
Temperatura: 15ºC en marzoCoste Medio: 3/5Lado de conducción: Derecha
Zona Horaria: UTC/GMT +9Tipo de Enchufe: C/FModo de Transporte: Organizado
Población: +- 9,7 MillonesVisado?: NoSeguridad: 3/5
Idiomas: CoreanoApto para Vegetarianos: 4/5Apto para viajes con niños:

Consejos

  • Aceptan tarjeta de crédito en varios lugares, pero no en los mercados callejeros.
  • La comida típica coreana nos encantó y es mucho más elaborada que la china.
  • Nosotros apenas estuvimos unas pocas horas en la capital de Corea del Sur, pero nos dio la sensación de que era una ciudad bastante moderna y avanzada.
  • Sus habitantes son, por regla general, muy abiertos, simpáticos y predispuestos a ayudarte en todo lo que necesites.
  • Cerca del Templo Gyeongbokgung hay una tienda de alquiler de trajes tradicionales coreanos. Te recomendamos que alquiles uno, para visitar este increíble sitio, ya que te saldrá más barato que pagar la entrada al recinto y además disfrutarás de esta magnífica experiencia.
  • Desconocemos cuánto hay de cierto en todo lo que nos contaba nuestro guía turístico. Probablemente, si no hubiéramos tenido esta experiencia, diríamos que la ciudad siempre nos dio la sensación de ser muy segura.
Los Littler
es_ESEspañol